Maristella Svampa* –autora del libro Minería Trasnacional, narrativas del desarrollo y resistencias sociales- aseguró que todas las explotaciones a cielo abierto son altamente contaminantes. Y que los efectos ambientales y sociales son irreversibles. Dijo que en Argentina hay 336 proyectos que afectan a 15 provincias. Lo que sigue, es parte de una charla con el programa La Palangana. (Audio)
La investigadora del Conicet e integrante del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, Maristella Svampa, la rentabilidad que buscan las empresas trasnacionales que explotan la minería en Argentina, “sólo se logra con tecnologías agresivas para el medio ambiente”, cuyos consecuencias “son inevitables, en el mediano y largo plazo”.
En un diálogo mantenido con el programa La Palangana, Svampa dijo que existen en el país unos 336 proyectos de explotación minera que afectan a 12 provincias en forma directa y a 15 de manera indirecta. Y que tanto los gobiernos provinciales como el nacional, terminan siendo aliados estratégicos para su puesta en marcha.
“Estamos asistiendo al avance de un modelo extractivo exportador. Es una segunda fase del modelo neoliberal pos dictadura, caracterizado por procesos de ajuste estructural y privatizaciones, que incluye la privatización de recursos naturales. Y la segunda parte que corresponde a la expansión del modelo extractivo exportador y la consolidación del modelo de los agronegocios”, dijo.
“En los 90 –explicó- se sancionaron leyes de minería, se sancionó el Código Minero y se preparó para el avance de estos negocios. Incluso en Chile donde existe una empresa minera estatal, se sufrió un proceso de privatización y trasnacionalización. Argentina no tiene una imagen de país minero. Pero aquí hay doce provincias afectadas de manera directa y 15 de manera indirecta”.
Inversiones millonarias
“Pero la explotación de la minería a cielo abierto abarca la cordillera, pre cordillera y la zonas montañosas. Es un modelo de mucha envergadura que implica inversiones enormes de capital. Y no es sólo una situación de expropiación económica, sino que además tiene consecuencias socio ambientales devastadoras, que tiene que ver con la contaminación y el uso extraordinario de agua. En La Alumbrera se usan 100 millones de litros diarios. Y también insume mucha energía, por eso alrededor de los proyectos mineros se hacen producciones energéticas”.
“No tenemos el dato concreto de cuántos son los proyectos mineros, porque la información del Estado y las mineras es muy opaca, pero se cree que hay 336 emprendimientos en todo el país. El proceso de resistencia empezó tempranamente en Esquel en el año 2002. En 2003 se hizo la única consulta pública en todo el país que terminó con un rotundo no a la minera de Meridian Gold”.
“Esto tiene un efecto arrastre de otras provincias que despertaban a la acción minera. En Río Negro se sancionó una ley contra la minería a cielo abierto. En la Patagonia hay un movimiento contra la minería a cielo abierto. En Neuquén la cosa es mas nueva, pero en una provincia de enclave, tanto petrolero como gasífero”.
Altamente contaminantes
“Lo que dicen los expertos –porque éste es un tema muy complejo y que apela a un sinnúmero de saberes- es que efectivamente la minería a cielo abierto es altamente contaminante. A diferencia de la minería de socavón, el metal es mas escaso, no aparece la forma de vetas y está diseminado. Para obtenerlo hay que dinamitar montañas enteras y para obtenerlo hay que usar químicos altamente contaminantes como el mercurio y el cianuro. Esto ya genera un proceso de contaminación muy alto y también contamina las aguas. Y –según los expertos- para obtener la rentabilidad que quieren las trasnacionales, sólo se logra con estas tecnologías tan agresivas para el medio ambiente. De modo que este modelo es inviable porque tiene consecuencias inevitables, en el mediano y largo plazo”.
“Pero además, hay una cuestión que va mas allá de la cuestión ambiental, que es el impacto social. Cuando se trata de emprendimientos que afectan las condiciones de vida de la población, se ha resuelto apelar a la licencia social. Es decir, consultar a la población afectada. Esto no se da normalmente en América Latina. Y si se da, se hace bajo la forma de la presión o la cooptación. Como sucedió en la meseta en Chubut, donde se fijó el traslado de un cementerio mapuce. Que la empresa dice que se hizo con aval de la comunidad, pero es falso porque fue en condiciones de negociación asimétrica”.
Las asambleas
“De todos modos en argentina hay unas 60 asambleas ciudadanas, nucleadas en una asociación mayor. Luego hay asambleas regionales, en el noroeste, en la Patagonia, arrojado en un terreno de difícil disputa, enfrentando la alianza entre las empresas, los gobiernos provinciales y el nacional”.
“Hay que recordar que los recursos mineros fueron provincializados por obra de la Constitución del 94. Sin embargo, los gobiernos provinciales no son los únicos responsables. Los gobiernos nacionales, desde Menem hasta Cristina Fernández, han favorecido la minería trasnacional. Kirchner desarrolló un modelo estratégico de minería que se expresa en el veto a la Ley de Glaciares, detrás del cual están los intereses de los gobernadores mineros y el interés de una gran trasnacional como lo es la Barry Gold”.
“Entre Argentina y Chile se firmó un tratado trasnacional, inédito, que autoriza la Barry a explotar Pascualama, y crea una suerte de paz virtual, es decir un espacio extraterritorial donde pueden circular libremente bienes y personas. Una especie de tercer país. Estas cosas con poco conocidas. Cuando la gente se informa sobre las consecuencias, se enoja. Es tan escandaloso, tan obsceno, que genera indignación”.
“Esto tiene que ver con un modelo de consumo, de desarrollo. Es un proceso de desarrollo de la frontera o expansión de la frontera a lugares que antes le estaban vedados. Vamos a encontrar también que muchos gobiernos, que se dicen progresistas, están desarrollando un lenguaje desarrollista para enfrentar las demandas de los países centrales”.
*Svampa es doctora en Ciencias Sociales, Licenciada en Filosofía, e Investigadora Independiente del Conicet. Participó en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO
