El medicamento: ¿Bien social o bien del mercado?


Otra salud es posible
El medicamento: ¿Bien social o bien del mercado?
Dra. Graciela Scorzo*Médica Tisioneuomónologa, Hospital de Clínicas, Docente adscripta de Neumonología, UBA. Miembro de la Mesa Multisectorial por la producción Pública de Medicamentos y Vacunas.
Para comenzar debemos definir en qué concepto de salud, modelo de salud se enmarca el medicamento, para ello voy a citar al Dr. Francisco Maglio sobre sus conceptos de
Salud”Ya resulta clásica la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS): "Es el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades". En una primera lectura, tal definición parece impecable, pero analizándola con detenimiento, aparecen tres inconvenientes: 1) Es utópica: "el completo estado de bienestar..." es imposible, al menos en esta vida.2) Es retórica: no sirve operativamente para planificar un programa de salud.3) Es "medicalizante": esto es lo más grave, ya que todo aquello que no sea "completo estado de bienestar..." es decir, la cotidianeidad, pertenece al ámbito de la medicina. La medicalización no es una función de la medicina científica, más bien es un requisito funcional de los sistemas dominantes con el objetivo de control social, a través de funciones de normatividad, disciplinamiento y estigmatización. Como efectos de ésta, el Estado se desresponsabiliza de su función sustantiva y activa de proteger y cuidar la salud de los ciudadanos y, por otra parte, se "individualiza" en los pacientes la "culpa" de lo que le sucede en una clara "criminalización de la víctima" (si te enfermaste, "por algo será") Los conflictos sociales se transforman en patologías individuales. Pero también "medicaliza" a los médicos, a través de sistemas perversos de atención (por ejemplo, asistir a un paciente en cinco o diez minutos) y a la presión de la industria fármaco tecnológica en medicina, a ejercer una práctica individualista, biologicista, mercantilista, pragmática, deshumanizada (tanto para el paciente como para el médico) a-histórica y a-social. En conclusión, los médicos se ven obligados a "canjear" quejas sociales por recetas (en especial, psicofármacos); más que victimarios, víctimas (junto con los pacientes) de un modelo "médico hegemónico"
Otra definición de salud propuesta por el X Congreso Catalán de Médicos y Biólogos, Barcelona, 1988: "Salud es la manera de vivir libre, solidaria, responsable y feliz. Es un bien ser y no un bien-estar" (en obvia alusión a la definición de la OMS).Esta definición des-medicaliza a la salud y la considera un derecho humano y como tal es universal, igualitario, innegociable y un deber del Estado asegurar su acceso a toda la población. La concepción neoliberal, en cambio, la considera una mercancía que debe entrar en las leyes del mercado y cuando esto ocurre los enfermos se vuelven más enfermos.
Enfermedad-Tres dimensiones:A. - La enfermedad biológica, esto es, la mirada médica, las objetivaciones medibles, síntomas y signos por registrar.B. - El padecimiento, o sea, la mirada del propio paciente (apócope de padeciente) La experiencia social de lo vivido humano como enfermo, las subjetividades dolientes.
C. - El sufrimiento, la construcción social de la enfermedad que analiza lo histórico, lo político, lo ideológico, lo económico y lo social. De allí que se puede afirmar que las enfermedades tienen dos causas fundamentales: las necesidades básicas insatisfechas y las esperanzas frustradas. Un desocupado se enferma no solamente porque no tiene acceso a una buena alimentación y a remedios, sino también y fundamentalmente, porque sistemas políticos injustos le han destrozado la esperanza (y la posibilidad) de un trabajo digno para mantener decorosamente a su familia. Está ampliamente aceptada en todos los medios científicos la repercusión psicosocial sobre los mecanismos defensivos inmunológicos. En los tiempos que corren a las dos ya citadas causas básicas de enfermedad, cabe agregar una tercera: la corrupción. Esta debe ser visto desde el campo sanitario, más allá de las consideraciones éticas y sociales, como causa de enfermedad, porque cuando se "distraen" (para emplear un eufemismo) recursos de salud para fines menos dignos, cuando no francamente espurios, hay más gente enferma.” Si se toma a la tuberculosis como enfermedad emblemática de la pobreza, las cifras en nuestro país son elocuentes: 17.000 casos nuevos por año y una muerte cada 8 horas El costo del tratamiento indicado es de apenas US$10-15 por paciente. Una sola persona que presenta tuberculosis contagiosa sin tratar puede infectar entre 10 y 15 personas al año.Cuando consultamos los datos oficiales en la pagina ANLIS Dr. Carlos Malbrán nos encontramos con datos del 2000-2001Estas cifras muestran claramente como las condiciones socioeconómicas y la acumulación de la riqueza en la Ciudad hacen que tengamos indicadores que avergüenzan dado que nuestro presupuesto en salud es más alto que países como Cuba, Jamaica, Puerto Rico y éstos nos aventajan claramente, con sus indicadores de tuberculosis..La gran prevención en Tuberculosis es trabajar por la redistribución de la riqueza, esta enfermedad sigue siendo más frecuente en las provincias más pobres y en los barrios más pobres de la capital y del conurbano la batalla se gana con esta fórmula:
Trabajo + alimentación +familia +acceso a la salud + detección y tratamiento de los casos y profilaxis de sus contactos +provisión constante de drogas de primera línea y subsidiarias, con tratamiento supervisado y gratuito.
Por ahora vamos perdiendo.
Según datos de los Ministerios de Salud y de Economía, el gasto total en salud para 2002 fue de 26 mil millones de pesos distribuidos según los subsectores: privado 42%, obras sociales 38% y estatal 20%. Si sumamos estos dos últimos y con las 5 premisas de Carillo, tendríamos una cápita mensual de 60 pesos para todos los argentinos que no tienen cobertura privada. Entonces, ¿los recursos son escasos?.

El presupuesto de Salud del gobierno de la Ciudad presentado oficialmente el 31 agosto del 2005 por el EX Secretario Dr. Donato Spacavento, para el año 2006

El presupuesto de salud del gobierno de la Ciudad presentado oficialmente el 31 agosto del 2005 por el EX Secretario Dr. Donato Spacavento, para el año 2006 es casi 1600 millones
El gasto total en medicamentos es alrededor de160. 000 millones el 9,63 %del presupuesto, gasto en medicamentos que figura en la jurisdicción 40 inciso 2,desagregado 5 que corresponde a la suma de productos químicos, combustibles y lubricantes. (presupuesto salud 20006 CABA)
A atención primaria solo se le destina casi 70.000 millones de pesos que corresponde al 4,25%
Más significativo y preocupante es saber que el gasto en medicamentos en atención primaria es
18.000 millones 26,65% del presupuesto destinado para la atención primaria,
más preocupante aún es saber que el presupuesto del programa SIDA que no incluye los antiretrovirales es 4000 millones de los cuales 2.600 millones se gastan en quit diagnósticos que nuestros científicos pueden realizar con un presupuesto asignado en forma permanente.
Hablamos de carga viral, solo para los niños, Test diagnósticos ELISA y otros, significa que
el 65,6 %del presupuesto en SIDA se gasta en bienes como test diagnóstico y medicamentos que no incluyen los antiretrovirales (ya que eso lo cubre Nación), quedando para educación y prevención solo el 34,4%. Lamentablemente esto concuerda con el proyecto del Polo farmacéutico, votado ya en la Legislatura de Buenos Aires, proyecto muy contrario a privilegiar la producción pública de medicamentos hecho que está claramente demostrado ya que no hay asignación prevista adicional en el presupuesto del 2006 para el laboratorio Talleres Protegidos que actualmente produce algunos de los tuberculostáticos para el programa de tuberculosis de la Ciudad, además de otras drogas.
Ética y justicia en la distribución de recursos en saludEncuadre ideológico Dr.Maglio
“Hay dos posiciones claramente antagónicas: la salud como derecho humano personalísimo y la salud como mercancía en la economía de mercado. Para la primera, jurídicamente es un derecho positivo y en consecuencia una decisión política en tanto el Estado interviene activa y sustantivamente para asegurar a toda la población no sólo la promoción y protección de la salud sino el derecho a la atención de la enfermedad, en forma igualitaria en cantidad y calidad independientemente de la situación social, económica o cultural. En cambio, para la segunda posición ideológica, la salud entra en el sistema de oferta y demanda. Es un derecho, en términos jurídicos negativo, esto es que el Estado simplemente tutela la promoción y protección de la salud, mientras que la atención de la enfermedad entra como mercancía en la economía de mercado. Quienes poseen los medios económicos entran en ella y los que no, serán provistos por la beneficencia pública o privada. En esta posición la salud de la población también es una decisión política pero enmarcada por las leyes del mercado. Resultante de este modelo es que el 80% del gasto mundial en salud se concentre tan sólo en el 20% de la población, teniendo que arreglarse el 80% restante solamente con el 20% de los recursos. De tal manera que los así llamados "grupos de riesgo" para enfermarse son en realidad modelos de fragilización social y esta ideología imperante los convierte de víctimas en culpables de su situación. La salud en tanto derecho humano básico y personalísimo debe ser: - universal, absoluto, innegociable, inalienable y positivo, esto es, el Estado se hace cargo y no simplemente "tutela". La dignidad no es un derecho humano más, es la esencia y fundamento de todos los derechos humanos, habida cuenta que la dignidad es la no-instrumentalización de la persona.”
La cultura del medicamento o medicalización de las comunidades
Mabel Valsecia, Profesora de Farmacología, Facultad de Medicina Universidad del Nordeste, Corrientes, Argentina y Vicepresidente Grupo Argentino Para el Uso Racional del Medicamento (GAPURMED)
Con el advenimiento de la globalización, la información se difunde rápidamente. El dominio de los pueblos por los mercados impone nuevos términos y costumbres que se vuelven casi fisiológicos, que se tornan comunes en la población, y cuyo impacto no siempre es positivo. En ese contexto globalizado, el paciente es un cliente, la inversión en salud es un gasto. El medicamento pasa de ser un bien social a ser un elemento de consumo, es decir una mercancía.
Con estos conceptos incorporados en el subconsciente de gran parte de la población aparece una nueva concepción del diario vivir la medicalización, es decir a cada problema un medicamento. De este modo, para no deprimirse o para estar feliz habría que consumir un antidepresivo, o para mejorar la figura adelgazantes o anabolizantes o sino, algo del gran recetario para vivir mejor como: polivitamínicos, ansiolíticos, alendronato para todas las menopaúsicas, atorvastatina, para un colesterol = o>230,antihipertensivos para los que tienen >80 mm de mínima energizantes, aminoácidos, coenzima q10, entre otros. como si esto fuera un símbolo de estatus. El medicamento es una variable en la historia de la relación sociedad-enfermedad y no en la relación sociedad-salud. Sin embargo, tomar un medicamento, poco a poco forma parte de una rutina, con el objeto de alcanzar un estilo de vida sana o natural. Esto ocurre no precisamente en la gente enferma o en la gente mayor. Esta conducta, paulatinamente se ha extendido en la sociedad, que consume medicamentos solo para sentirse bien y para ganar más salud, con el agravante que esta cultura del medicamento se transmite a los niños y jóvenes. Como estos conceptos se vuelven fisiológicos, se produce un fenómeno que lleva a los clientes a solicitar a sus médicos prescripciones para su estilo de vida. Existen sociedades menos maduras o más débiles, donde la racionalidad es confusa, la irracionalidad poco castigada, y la cultura de que el medicamento agrega salud nos da una idea de cierta impunidad que muchas veces permite no solo el consumo, sino también la prescripción irracional.
En Argentina conviven medicamentos de eficacia demostrada con otros que son de valor dudoso o nulo y también combinaciones a dosis fijas inaceptables, desde todo punto de vista, con numerosos principios activos en un solo preparado. Se comercializan productos como energizantes psicofísicos, antioxidantes con 18 y hasta 26 principios activos que contienen todas las vitaminas, minerales y oligoelementos, más Ginseng siberiano, Ginseng coreano, Coenzima Q10, estas combinaciones no han demostrado eficacia en ensayos clínicos, no van dirigidos a ninguna patología. La población debería saber que estas sustancias no solamente no agregan salud, sino que pueden producir enfermedad es decir reacciones adversas. Por otro lado, lo que se gasta en medicamentos depende de la capacidad de los bolsillos, por ello, son promocionados en las clases sociales de mejor poder adquisitivo, con cobertura social. Estos patrones de comportamiento en la cadena del medicamento, repercuten en la seguridad social. Es sabido que la cultura es de difícil modificación, sin embargo sería muy importante actuar en un eslabón de esta larga cadena, a partir de la revalorización del Uso Racional del Medicamento, tan publicitado y tan olvidado en el momento de la selección del medicamento.
Las ganancias de la industria
En la lista Fortune 500 que se ha publicado en abril, la industria farmacéutica aparece a la cabeza de las de todos las otras grandes industrias: Es la número uno en ganancias 17% es la número uno en ganancias por capital 14%, y es la número dos en ganancias para sus accionistas (27,6%)
Precisión de los anuncios en las revistas médicas (Accuracy of pharmaceutical advertisements in medical journals)P. Villanueva, et al. The Lancet 2003; 361: 9351 http://www.thelancet.com/journal/vol361/iss9351/full/llan.361.9351.original%20_research.23828.1
Según la información presentada en este estudio los médicos que prescriben medicamentos influidos por los anuncios de los laboratorios deben tener cuidado porque algunas compañías presentan información poco veraz. Los autores de este trabajo revisaron todos los anuncios (246) aparecidos a lo largo. El estudio está basado en el análisis de todos los anuncios publicados en 1997 en seis revistas médicas españolas de medicamentos prescritos contra la hipertensión y el colesterol de 1997 en seis prestigiosas revistas medicas españolas sobre fármacos diseñados para tratar la hipertensión y los niveles elevados de colesterol. En todos los anuncios se citaba por lo menos una referencia bibliográfica de un ensayo clínico o estudio científico para apoyar el mensaje promocional. Cada vez más la industria farmacéutica utiliza referencias científicas en los anuncios para demostrar a los médicos que sus medicamentos seguros y eficaces. Al revisar los anuncios los autores concluyeron que el 44 por ciento de ellos las referencias bibliográficas no eran consistentes con el mensaje publicitario. La inconsistencia más común era la promoción de un fármaco para un grupo de pacientes distinto al que fue evaluado en el ese estudio.
Anuncios engañosos (Misleading advertisements)Brian Vastag, JAMA 2003, 289 (1): 35-El informe sale cuando ha habido un gran aumento de anuncios de medicamentos dirigida al consumidor, lo que según el informe de la General Accounting Office (GAO) (agencia independiente que investiga para el Congreso) contribuye a que aumente mucho el gasto en medicamentos que precisan receta. La venta de medicamentos con receta ha aumentado en una media de 18% al año desde 1997, cuando se relajaron las normas para anunciar los productos. Muchos estudios han demostrado que especialmente los anuncios por televisión influyen en que los consumidores quieran utilizar productos comerciales (Am J Health Behav. 2002; 26:68-75. El informe de GAO estima que en el 2000, unos 8,5 millones de consumidores recibieron recetas después de vieran anuncios y pidieran a su médico que le recetase un medicamento específico. La GAO resaltó que las ventas de los medicamentos que más se anunciaron han aumentado más rápidamente que las que no se anunciaron tanto. Por ejemplo, en 1999 y 2000, las recetas de los medicamentos que más se anunciaron aumentaron en un 25%, pero las de los medicamentos que no se anunciaron aumentaron en solo un 4%.
Medicamentos: ¿derecho o mercancía?Germán Velásquez, Coordinador del Programa de Acción para los Medicamentos de la OMS (Ginebra)
Epidemias-En gran parte en manos del sector privado, la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos dependen del mercado potencial del producto, y no de las necesidades de salud de las poblaciones con menos recursos.En el transcurso de estos últimos veinte años, puede decirse que no se investigaron epidemias que afectan a millones de personas en los países en vías de desarrollo, como la enfermedad de Chagas, la leishmaniosis, la esquisiotosomiasis, tuberculosis y muchas más.
Millones de muertes evitables-Con acceso a la prevención, cambio del estilo de vida,disminución de la pobreza, acceso a aguas potables.Cifras-“¿A quién pertenece una carta? ¿A su remitente, al destinatario o al cartero, al menos durante su recorrido?” Así comienza El dueño de la Herida, la última novela de Antonio Gala Uno de cada tres habitantes del planeta no tiene acceso a los medicamentos con regularidad y las tres cuartas partes viven en países en vías de desarrollo donde sólo se consume un 8% de la venta mundial de productos farmacéuticos. No obstante, la capacidad técnica y financiera para elaborar estos medicamentos existe. De los 10 millones de niños menores de cinco años que mueren anualmente, el 80% podría salvarse si tuvieran acceso a medicamentos esenciales.
Respuestas
Hay que considerar al medicamento esencial como un bien público en el marco del derecho a la salud, en un modelo universal e igualitario, público y gratuito.

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